Sunday, January 07, 2007

6th Life: More homophobia or Tough Luck, my Gay Friend


Iba a empezar el año con el típico post acerca de las resoluciones: comer más sano, hacer más ejercicio, leer más libros interesantes y aprender otro idioma...

Pero, por supuesto, este año tenía que empezar, cómo no, con otro ataque homofóbico.

Uno está acostumbrado a recibir un poco de abuso por aquí y por allá. Normalmente uno confronta al agresor y con la verborrea que le sueltas se quedan un poco descolocados y fin del asunto. Lo que más me da rabia de este útlimo episodio es que ocurrió en plena hora punta. Si ustedes conocen Londres, decir que a las seis de la tarde mi novio y yo íbamos de camino a Charing Cross Station, pueden imaginar la cantidad de gente que sale de trabajar y se precipita a tomar el primer tren hacia los suburbios. En resumen, que son miles de personas como un hormiguero yendo a la estación.

El abuso que recibimos durante quince minutos fue presenciado por cientos de personas. Fuimos perseguidos, maldecidos y jurados con un vico tan grande que llegó un momento en que no sabíamos qué responder, tan insospechados eran los insultos que salían por la boca de aquellos tres imbéciles, insultos que aparte de no tener traducción, no puedo ni quiero recordarlos. La impotencia eran tan grande que casi me hago sangre de tanto apretar mis puños.

Yo me conozco muy bien; por eso siempre intento evitar peleas, porque una vez que empiezo, no puedo parar hasta que no hay dientes que partir. Yo me acuerdo, cuando todavía mi padre vivía con nosotros, una de tantas veces que quise partirle la boca, me contuve y lo único que hice fue golpear la mesa del comedor, que se rajó por la mitad. El anillo que llevaba puesto me lo tuvieron que cortar porque por poco pierdo el dedo de lo machacado que lo dejé. A veces pienso que he sido tonto y en determinadas ocasiones, vale más la pena un macanazo que luego lamentar el resto de tu vida el porqué no lo hiciste. El problema de trabajar en un tribunal siempre me hace pensar dos y tres veces antes de solucionar un problema con los puños, aunque parezca la útima solución, siempre saldrás perjudicado a los ojos de la ley, incluso si es en defensa propia y has sido deliberadamente provocado.

Así que no les confronté con los puños, ni ya me quedaban palabras que decir. Y la gente yendo y viniendo, oyendo los insultos, ignorando la situación. ¡Qué frustrante y qué impotencia! Hasta que la cobardía por supuesto ganó la situación y recibí un puñetazo por la espalda que me golpeó en el cuello y la mandíbula. Agresor por supuesto corrió y se perdió entre la muchedumbre que silenciosa había presenciado todo y que ahora los acogía y los convertía en anónimos commuters que iban a perder el tren.

Policía no hubo hasta las tantas. Nadie llamó. Yo todavía estaba un poco descolocado con el blow que había recibido, llamando a mi novio, que no lo encontraba. Soy un poco miope y mi visión nocturna deja bastante que desear. Con el mareo del golpe y la ceguera de rabia, no daba pie con bola. Dos PCSOs (Police Community Service Officers) aparecieron después de diez minutos, alertados por alguien que había presenciado una pelea. ¡Una pelea! Tomaron detalles pero nada se hizo. N-A-D-A. No buscaron a nadie, no llamaron por refuerzos. Lo único que hicieron fue hacernos sentir que tuvimos mala suerte y que por supuesto no iban a perder el tiempo buscando una, o tres, agujas en un pajar. Solamente después de rellenar un reporte en internet fue cuando recibí una llamada de la policía. Naturalmente, no sabían nada acerca de los detalles que los PCSOs, que pertenecen a la misma estación, habían tomado el día anterior.

Hate Crime es algo que se toma muy en serio en UK. Pero me he dado cuenta de que realmente la policía está más interesada en problemas raciales y religiosos, más que en el tema gay/lésbico/bi/trans. Sólo me queda esperar y ver si se hace algo acerca de este incidente.

Mi resolución para este año: trabajar duro y serio para que esto no me ocurra más ni le ocurra a nadie. Avergonzar públicamente a las personas que bajan la cabeza y pretenden que nada está ocurriendo. Y hacer ver a las personas que no nos aceptan que también tengo puños, que todas estas situaciones me hacen más fuerte y que el día que otro hideputa me ofenda por el simple hecho de ser como soy, que se prepare porque va a ser un K.O. en un asalto.

Las lecciones de flauta y el alemán pueden esperar.

2 comments:

I. said...

Que horror y que falta de implicación y solidaridad de la gente en esa ciudad, aunque si te digo la verdad lo mas triste es
que no me extraña nada :S

Sorry amigo, que situación mas horrible, como dices en tu blog -con mucha razón- siempre sufrimos un poco de abuso
de aqui o alla pero cuando es tan in your face y nadie hace nada es horrible.

A ver si coincidimos esta noche, que me conectaré tras las 8.30 o mañana y cosemos.. fucking white trash y los cobardes
que no ayudaron!

xxx

Ricardo Oveja Roja said...

pasaste por el blog de doctora queer? creo que vi un comentario tuyo a cerca de la agrecion que tuvo en Madrid cuando paseaba con su novio, el que tiene sus contactos termino haciendo una pequeña manifestacion en la plaza donde le dieron la paliza por ser marica.

Como es su caso, a uno siempre le faltan palabras para espresar la indignacion que estas agreciones le arranca. Un beso y animo valiente, yo estoy empezando a pensar que mis puños tambien serviran de algo.